Si nunca has tenido un orgasmo, prueba con esto

He de confesar que hasta mis 36 años nunca había podido tener un orgasmo. Muchas de mis amigas me habían insistido en probar con la masturbación y bueno, después de intentar talleres, psicologos y terapias sexuales, ya me había hecho a la idea de que nunca tendría uno.

Hasta que mi amiga la más intensa de todas me dijo «por qué no pruebas con un poco de hierba?» Hierba, pensé, esta mujer me iba a llevar a la perdición. Ya me imaginaba yendo a una esquina oscura con gente turbia a conseguir hierba, solo porque quería un orgasmo. Era un NO , pero la vida es sabia y sin quererlo en un viaje a Alemania probé unas gomitas mágicas con mi esposo.

Sí, lo probé con miedo no te voy a mentir

Cuando todos mis amigos estaban experimentando con marihuana en la escuela secundaria, tenía demasiado miedo para probarla. Se puede agradecer a mi clase de salud de la escuela secundaria por darme una buena dosis de miedo sobre las supuestas «drogas de entrada» como la marihuana. Claro que a lo largo de mi vida conocí a muchas personas que juraban que la hierba en realidad no era mala, pero nunca tuve el valor de tomar una pipa. Tenía más miedo que curiosidad asi que cuando tuve oportunidad nunca la tome. Fue hasta que me fui de viaje con mi esposo que me anime.

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La ida al dispensario

Recuerdo entrar a la tienda como una completa extranjera, tenía miedo de ser detenida en la calle por haber comprado un brownie. Estuve algo paranoica durante nuestra visita pero al final me acostumbre. Es extraño como se le da tanto poder de destrucción a un brownie. Después de estar dentro del dispensario un buen rato, oliendo diferentes tipos de plantas quede deslumbrada.

Algunos comestibles parecían pequeños brownies de chocolate del tamaño de una moneda de veinticinco centavos y en un plato de vidrio, tenían gomitas diminutas que se parecían a Sour Patch Kids con azúcar espolvoreada con los colores del arco iris. Nos advirtieron que solo necesitábamos un bocado para sentir el efecto completo.

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Cuando regresamos a nuestra habitación de hotel, elegí el limón y él tomó uva.

Le di un pequeño mordisco al borde que no era más grande que un maní. La gomita era masticable, pero se derretía fácilmente en mi boca. El sabor pasó de ligeramente a limón y agrio a dulce, como un Lemonhead, pero había un sabor ligeramente amargo al final.

Tomé un trago de agua, encendí la televisión para ver una película y esperé a ver qué pasaba a continuación. Veinte minutos después, mi esposo me tocó el hombro y me preguntó si sentía algo. Fue entonces cuando me invadió una sensación que solo puedo describir como ‘euforia absoluta’. Nos lo pasamos muy bien, pero ninguna de las risitas «altas» o tonterías que he visto retratadas en las películas. No estábamos arrastrando las palabras. Mi esposo quería ver si el sexo sería diferente después de comer un comestible y Dios mío, lo fue.

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Primero, noté un aumento en mi deseo sexual.

Normalmente, después de viajar, estoy demasiado cansada para tener relaciones sexuales la primera noche, pero por alguna razón, me sentí como si hubiera tomado un Viagra femenino. Cuando mi esposo comenzó a bajar sobre mí, se sintió más intenso en mi clítoris que nunca antes. Una parte de mí se preguntaba si el comestible ayudaba a calmar mi ansiedad por los viajes, pero fuera lo que fuera lo que hacía la hierba, disfrutaba más de nuestro sexo y mi vagina era mucho más sensible. Tuve mi primer orgasmo y de ahí muchos otros más. Todo lo que me hizo sexualmente se sintió diez veces mejor. También fue mucho más fácil para los dos llegar al orgasmo.

No experimenté paranoia, nunca me sentí fuera de control y no tuve antojos de comida. Ambos nos sentimos relajados durante ocho horas y, a la mañana siguiente, no tuve dolor de cabeza ni resaca. Pero estaba listo para otro jugueteo en la cama.

Fue algo maravilloso, creí que moriría antes de tener un orgasmo y por fin la hierba me había concedido el placer de tener uno.